ESTO TAMBIÉN PASARÁ

Cleo tiene 65 años, de los cuales pasó la mitad de ellos, en un ir y venir entre su carácter rebelde, su libertad personal y excentricidad, y ese “deber ser” muy típico de su generación. Terminó la universidad en medicina y se especializó en Psiquiatría, llegando a desplegar sus capacidades con una elocuente originalidad. Se casó con Jorge, con quien armó una familia estable. Cleo fue una madre trabajadora a los 25 años, lo que la volvió una transgresora, como madre y profesional. Pero no todo ha estado ordenado en la primera parte de su vida.

En el parto de Maru, descubrieron que venían 2, pero a la otra bebÉ se la llevaron ya que fue un parto duro y largo. La enfermera les dijo que esa segunda hija que no esperaban, había fallecido. La familia vivió siempre creyendo esta versión.

La luna en sagitario se asocia con la maestría y, de alguna manera, Cleo será una especie de mentora para nuestras protagonistas. Tiene la luna en casa 8, la casa de Escorpio, lo turbio, lo escondido, el secretismo; no solo hay negación sino que hay algo muy denso pero, a su vez, la capacidad de transformarlo.

En la mitad de su vida, Cleo entró en crisis: dejó la medicina y empezó a incursionar en todo tipo de negocios poco convencionales: herbolaria, retiros espirituales, temazcal, registros akáshicos… Esta crisis también vocacional, la llevó a aceptar lo único que de verdad le apasionaba en la vida: la astrología.

En medio de este viaje de búsqueda interior, Cleo conoció a Carol, una mujer de su edad de quien se enamoró perdidamente por lo cual se divorció de Jorge (que al poco tiempo falleció). Carol llegó a su vida para encarnar su verdadera identidad: un alma libre y una artista entusiasmada con la creatividad de la vida. La única persona que podía regresarla a la tierra era su hija Maru, con quien siempre tuvo una relación muy tensa. Cuando Maru se enteró de la relación con Carol, la noticia fue la gota que rebalsó el vaso y decidió dejar de hablarle. Una pelea definitiva que Cleo recordará con mucho dolor y que distanciaría a madre e hija de forma definitiva. Porque esto sucedió hace ya unos 15 años…

Cleo vive desde entonces con Carol en una casa maravillosa en el campo. Su ascendente en Tauro le ha permitido en la mitad de su vida darse ese permiso para el goce y la naturaleza. Tienen una sexualidad activa y creativa, un huerto precioso y un estudio de grabación alimentado por paneles solares. Cleo creó un podcast sobre Astrología, con seguidores incondicionales. Su especialidad es “la crisis de la mitad de la vida”, con los planetas lentos de protagonistas. El podcast de Cleo será nuestra voz en off.

Por su Sol en Acuario, Cleo es arrasadora, muy metida en su mente y en su libertad. El mensaje a conquistar es que la libertad es positiva cuando se pone al servicio de los demás. En el fondo y detrás de toda esta rebeldía, Cleo es un alma vulnerable y muy sensible. No será hasta que se reencuentre con su hija Maru, que la historia sobre la hermana melliza vea la luz. Cleo le confesará a Maru la aparición de esta hija que hace muy poco descubrió que no había muerto, sino que había sido robada, lo que le dará nuevas herramientas para reconocer que la larga sombra de la maternidad, ha sido su verdadera maestra en la vida.

A Maru la rige la luna, que representa los sentimientos y las emociones; el cómo protegemos a los demás y el cómo necesitamos ser nutridos. Desde que era muy joven, Maru sabía que quería ser madre y formar una familia y no repetir las “malas formas” de su madre, quien a sus 44 años se separó de su padre y emprendió una nueva vida juntándose con una mujer.

Maru hizo todo by the book y secretamente cree que esto la hace una mujer más completa que el resto. Es sumamente prejuiciosa y ella cree que tiene la vida resuelta. Su casa la tiene perfectamente organizada y con su sello personal: las toallas por color; la alacena con los productos por orden de caducidad; su ropa interior como si fuera la de una tienda departamental. Es la policía del orden y de la limpieza a niveles muy compulsivos, lo que la hace ser también muy controladora.

Es sumamente femenina, los manuales de buenos modales son su biblia, derrocha clase y armonía. Maru es una mujer protectora y maternal; se ha dedicado a su hogar y a su familia; tiene dos hijos, un varón de 8 años y una niña de 3 años (su fallida estrategia para salvar su matrimonio). Es dermatóloga esteticista y trabaja en uno de los Centros de belleza más prestigiosos de la ciudad. En realidad lo que ella amaría hacer es ser cantante de rock alternativo y, aunque ni ella lo sabe, tiene un gran talento. Está casada con Pablo –hermano de Greta–, con quien tiene un matrimonio cada vez más monótono; aunque en el fondo sabe que su matrimonio ha llegado a su fin, le teme a la soledad y a la idea de fracasar en la vida que construyó.

Maru se viste como una señora desde sus veinte; ante los demás es pudorosa pero en realidad guarda un secreto que la desterraría del chat de mamás de la escuela de sus hijos: es adicta a la pornografía más morbosa de internet. De vez en cuando y a escondidas de su esposo dice que “llegará tarde a casa por trabajo” pero en realidad se va al “Cuarto Oscuro” a fisgonear y masturbarse desenfrenadamente mirando a extraños. Como todas las mañanas, sin importar qué, sale a correr a primera hora, no hay quien sospeche de sus esporádicas escapadas nocturnas a la perdición.

En su carta natal tiene a Urano en conjunción con Marte, el planeta que la puede ayudar a subirse al escenario a cantar, y más adelante, ir al encuentro con su madre con quién lleva 15 años sin hablar. Su crisis la llevará a salir de ese control excesivo y volver a habitar ese fuego que tenía reprimido desde su infancia cuando era una niña peleadora y desafiante. A medida que fue creciendo, empezó a sublimar todo su deseo, se colocó en su Luna en Virgo y la rigidez se le metió en el cuerpo. Esto, combinado con su ascendente en escorpio la mantiene en una nebulosa: su adicción y sexualidad reprimida, su perversión, la compulsión con la limpieza…

Maru rechaza violentamente la astrología hasta que comienza a escuchar el podcast en secreto; una lucha interna que la va acercando al abismo, a lo que se le suma el descubrimiento de que Pablo la engaña con otra mujer. A lo largo de su viaje, comenzará terapia y se dará cuenta de que su separación será lo mejor que le pudo haber pasado ya que se encontrará con quien es ella en realidad.

Carla es sumamente tímida, una mujer convencional que vive en un piso convencional: a simple vista, tiene cumplidas todas las casillas de las cosas que le enseñaron que le hacían feliz: familia “feliz”: check; trabajo: check; salud: check… Sin embargo, aunque todo parece estar en su lugar, está ahogada en la rutina desde hace 15 años.

Carla es una empleada de banco de 45 años reservada y discreta. Aunque su personalidad es aparentemente ecuánime, algo dentro de ella grita ¡auxilio!: todos los días son iguales. Hace tiempo que no siente inspiración ni gozo en su vida; en la oficina está solo de cuerpo presente, pues su mente divaga fantaseando con mandar todo al carajo pero su intuición está completamente adormecida. Su jefe Roberto le exige al límite del acoso psicológico y ella no puede reaccionar.

Siendo sagitario su ascendente, ansía la aventura y pasa su breve tiempo libre revisando viajes exóticos al otro lado del mundo. Carla, con tal de evitar el conflicto, prefiere mil veces callarse las cosas que le molestan a decirlas en el momento… lo que ha generado un efecto de olla exprés a punto de explotar. Tiene un hijo de 19 años (Alex) que esta en plena crisis de adolescencia, desafiando la autoridad, saltando todos los limites, fumando porros y explorando los nuevos géneros definiéndose como no binario y pansexual.

Carla tiene la Luna en piscis, está fijada en un lugar de añoranza por la vida de adolescente que tenía hasta antes de casarse. Cuando su hijo viene con toda esta filosofía de la “generación Z” (“Centennials”: los nacidos a principios del 2000), no lo comprende y lo juzga. Por otro lado, cuenta con el apoyo incondicional de su esposo Manuel y hacen muy buen equipo… pero son los peores amantes. Para cambiar la rutina, Manuel le propone hacer un trío, pero Carla, aunque en el fondo necesita aventura en su vida, le da miedo salir de su zona de confort. Su crisis uraniana le pega en el ascendente generando una crisis de sentido. Carla sufre de un estrés en aumento, ahogada por su autoexigencia, que explota cuando Manuel pierde su empleo.

Carla sufre de un ataque cardíaco grave que le servirá como puente para soltarse, hacer un cambio radical en su vida, dando prioridad a su salud física y mental, empezando a meditar y cambiando el ritmo de sus días. Se acerca a su hijo Alex desde un lugar más empático, pone en su lugar a su jefe maltratador y se permite abrir las puertas a la exuberancia y la novedad que tanto anhela.

Ante los demás, Pía está viviendo la plenitud de su vida. La rige el sol, que simboliza la luminosidad y la fuerza vital. Es inteligente y vanidosa. Es actriz aunque no viene teniendo tanto trabajo, lo que ha significado un fuerte golpe a su poderoso ego. Lo suyo es el baby botox… y una infinidad de procedimientos estéticos que se ha hecho en la cara y en el cuerpo que ya son evidentes. Tiene 43 años y está obsesionada con la idea de verse perfecta ante los demás, es de esas mujeres que jamás permitirá verse débil o desarreglada. Prefiere mentir para mantener una imagen de triunfadora que confiarle a alguien el enorme vacío que siente en el fondo.

Al ser ascendente en Aries y Sol en Leo en casa 5 (la casa de Leo) tiene el fuego acentuado. Siempre es el alma de la fiesta y el centro de atención, de lo contrario, se levanta y se va del lugar pues, según ella, no merece menos que pleitesía. Pía viene de una familia burguesa, abandonó sus estudios de derecho para volverse actriz, lo que le ha costado el perpetuo rechazo de su padre despótico.

En el mundo profesional batalla para que le den los roles protagonistas, y aunque ahora es “la mamá de”, va por la vida diciendo que le llueven trabajos que no está segura si aceptar o no, cuando en realidad lleva una racha larga de proyectos sin concretar. Su lugar seguro es ir al Centro de belleza (donde trabaja Maru), donde pasa largas horas haciéndose masajes reductores, maderoterapias o probando los nuevos tratamientos de rejuvenecimiento.

Pía es madre de Luna, a quien no le presta mucha atención. La mitad del tiempo vive con su padre Gustavo y Pía paga la totalidad de los gastos de la adolescente con “el dinero de papá”. Por su luna en Capricornio en casa 10, “debe” auto-sostenerse y ocuparse de su estatus social. Está muy desconectada afectivamente y a la hija le exige lo mismo que le exigieron a ella: que se olvide de que es una niña y persiga los valores del perfeccionismo y el éxito.

Tiene una relación casi utilitaria con las personas y no confía en nadie… lo que hace que tenga una dinámica de competencia con todo aquel que se cruce en su camino. En el primer capítulo conseguirá el trabajo de sus sueños y, cuando empiece a rodar, la despedirán sin darle muchas explicaciones. Pía comenzará a beber vodka a primera hora de la mañana y a tramar una venganza, transformándose en una incendiaria en su medio profesional.

Su aprendizaje será conectando con su lado vulnerable, aprendiendo que la juventud es solo una etapa… y que la vida a veces te sorprende mostrándote de frente tus mayores miedos, en su caso la destrucción de su imagen pública a través de un delito que cometerá impulsivamente.

Greta es chef y trabaja todo el día sin parar en su restaurante. Su sol en Tauro le da la capacidad de nutrir y cuidar el aspecto estético, por lo que ha creado platos bellamente decorados y un restaurante que se a puesto de moda con una estrella Michelin. Pero al comienzo de la temporada hay una intoxicación masiva por lo que deberá hacer grandes cambios para conservarla.

Greta ha tratado de separarse una y mil veces de Mike. Como el Atlas, sostiene todo en el hogar pues Mike no da una. Tiene 15 años menos que ella y si no fuera por la increíble conexión sexual, no sería tan difícil romper esa relación tan pasional, salvaje, histriónica y… enfermiza. Greta lo apoya en su sueño de ser músico pero mientras piensa que va a ensayar con su banda, en realidad se la vive conectando tragos en bares, con la nariz pegada en alguna barra inhalando cocaína o en algún putero dejando billetes (que ni son de él) en la ropa interior de alguna mujer de la noche.

Ella hace enormes malabares para hacer frente a todos los aspectos de su vida, administrar su restaurante junto a Fede, el encargado (quien está secretamente enamorado de ella) y las largas cuentas de ansiolíticos para su madre. Con sus 42 años, su reloj biológico está en horas extras para lograr embarazarse, por lo tanto el tiempo es oro, y con Mike sabe que no conseguirá lograr su cometido.

Su Luna en Libra la hace estar pendiente del deseo de los demás y se transforma en una especie de hada madrina. Tiene una personalidad hedonista, seductora y sumamente independiente; todo lo que se propone lo materializa… menos en lo sentimental, porque siempre elige a los hombres equivocados. En el primer capitulo se divorcia de Mike y, a partir de ello, entra en Tinder a buscar el candidato para ser madre.

Greta se siente presionada por su familia numerosa; los domingos convive con sus sobrinos a quienes ama, y por quienes cree que el vacío que siente es el de no haber sido madre aún. Greta se excusa diciendo que ella no tendría hijos con cualquiera pero en el fondo, siente un enorme fracaso al creer que no puede ser amada y no puede amar. A pesar de que Greta está muy cómoda con su talla grande, su madre la critica diciéndole “que tiene que bajar esos kilos de más”.

Greta comienza a hacerse pruebas de fertilidad y a barajar la posibilidad de ser madre soltera. Al final, descubrirá que en el fondo ni siquiera desea ser madre, sino sentirse amada. Su crisis uraniana la llevará a ser mucho más creativa y revolucionar su manera de hacer los platos y conservar la estrella Michelin de su Restaurante.

Tras una serie de fracasos y golpes de realidad, Greta aprenderá a valorarse; su batalla principal será aprender a cortar o replantearse las relaciones que la absorben y la agotan y dejarse conquistar por un amor sano que siempre tuvo enfrente y nunca vio.